Por Salvador Guerrero Chiprés
Los aliados de viaje de algunos grupos empresariales avanzaron este 6 de junio, por ejemplo, en Nuevo León. En muchas entidades, no se situaron en el centro de la decisión ganadora, aun cuando muchos de ellos buscaron posiciones de representación popular al ejercer algún liderazgo social después de haberlo hecho como empresarios, como el caso de Guadalajara.
En la gran mayoría de las Cámaras, tanto en la Ciudad de México como en el país, el mensaje de la ciudadanía empresarial fue contundente: se requiere reactivar la economía, concluir la vacunación exitosa, relanzar el debate sobre la reforma fiscal y mejorar la seguridad en todo el país.
Los resultados en la votación para diputados, con contrapesos y diversidad, que en las voces de algunas cúpulas empresariales no existirían sino hasta 2024, parece entreabrir un espacio para aquella agenda, por cierto no distante de las prioridades del gobierno federal.
Aunque diversas opiniones mediáticas estuvieron centradas en resaltar una supuesta polarización, la ciudadanía comprometida y los organismos empresariales tomaron otro camino. Para ellos, lo relevante fue el verdadero objetivo: continuar con la construcción de comunidad y lograr un justo medio entre los intereses políticos, sociales y económicos diversos.
Desde el Gobierno federal y en específico en la Ciudad de México, el centro financiero más importante, siempre ha existido un diálogo con diversos grupos con importancia económica y política, aunque predominaba la noción de fallas, rupturas ocasionales y falta de seguimiento en la interlocución con Palacio Nacional.
En el país y en la Ciudad existe la posibilidad de diálogo entre la iniciativa privada y la administración pública. Los acuerdos y una adecuada promoción de la inversión son útiles para la agenda del mercado y la derivada del ejercicio de los partidos políticos. Las elecciones nos muestran que no es necesario esperar nada para la reactivación económica.
Las distintas secretarías han mantenido una relación y delineado estrategias con organismos como Coparmex, la Canaco, la Concanaco, Concamin; el mecanismo integrador que es el Consejo Coordinador Empresarial había seguido con altibajos la interlocución con el presidente Andrés Manuel López Obrador y es probable que ahora se sienta estimulada a retomar su promoción dinámica.
Con líderes restauranteros, antes y durante la pandemia, se ha escuchado tanto a comerciantes del Centro Histórico como a propietarios de capitales extranjeros. Se ha tomado en cuenta de igual manera a grandes trasnacionales como a pequeñas y medianas empresas.
Se incluye, además, la perspectiva de la ciudadanía participativa. En el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, que funciona como un puente articulador entre las personas, las y los empresarios y autoridades, hemos sido testigos de esa verdadera determinación de construir una mejor comunidad, más igualitaria y cooperativa.
Desde hace tres años es notorio que existen intentos de una estrategia coordinada con éxito heterogéneo para lograr equilibrios reales en favor de todas y de todos, no de unos cuantos. Eso no podrá ser mermado por las diferencias partidistas que se han querido remarcar a partir de los comicios. Mantengamos esa determinación por la cimentación y fortalecimiento de una comunidad más fuerte, con apertura al crecimiento y al desarrollo.